Sentir, pensar y hacer de forma diferente - Desarrollamos organizaciones y personas

Blog

El reconocimiento es una habilidad que es importante que desarrollen tanto los profesionales que tienen empleados a su cargo como estos últimos, al igual que cualquier persona que desee mantener relaciones productivas a largo plazo.

El reconocimiento fortalece a quien lo recibe, le da seguridad y afianza su compromiso, porque cuando alguien repara en sus fortalezas, puede apoyarse en ellas cuando se encuentre ante una dificultad. Es importante que procures desarrollar y aplicar en ti mismo esta habilidad a través de tu valoración, felicitándote a ti mismo y fortaleciendo tu autoestima de una manera sana y humilde.

Cuando tenemos una carencia y no la podemos satisfacer nosotros mismos, necesitamos pedir ayuda. Esta necesidad nos posiciona en una situación de vulnerabilidad que a algunas   personas les resulta difícil aceptar por miedo o vergüenza.

En general, cuando realizamos una petición, quedamos expuestos a que nos digan que no, que el otro se incomode, que la relación se deteriore o que nuestra imagen pública se vea perjudicada.

fotolia 5894523 subscription l“Postergar”, que palabra más complicada de pronunciar, aunque encontramos otra palabra sinónima “procrastinar” que le gana en cuestiones de pronunciación, ambas complicadas de pronunciar pero sencillísimas de ejecutar.

Postergamos todos los días, a veces varias veces y llevamos a con nosotros una lista inmensa de cosas postergadas que residen en la bandeja de pendiente. Incluso podríamos decir que podemos elaborar una lista de las posibles candidaturas para postergar en el futuro.

Si hacemos la lista mental tenemos clarísimo las que se van a llevar todas las papeletas, por lo que podríamos decir que siguen un patrón o varios patrones. Si pasamos la lista de mental a escrita podemos chequear la incidencia del patrón o patrones.

La queja está permanentemente en nuestras conversaciones  personales  y profesionales. Nos quejamos cuando no hemos recibido una buena atención o un buen servicio. Cuando alguien ha incumplido sus promesas, cuando esperamos algo y no lo recibimos; y en general cuando sentimos que se nos ha tratado injustamente.

En el trabajo es muy habitual encontrar situaciones en las que nos sentimos enfadados o frustrados por el trato recibido.

Una manera de descargar esta emoción es quejarnos con nosotros mismos a modo de conversación privada, culpando al otro y sintiéndonos víctimas de la situación.