Sentir, pensar y hacer de forma diferente - Desarrollamos organizaciones y personas

Blog

La generosidad, entendida como la virtud de dar, darse y entender a los demás, está aceptada como un hábito deseable, y las personas generosas tienen una imagen positiva. Sin embargo, paradójicamente, las que se muestran excesivamente generosas pueden provocar el efecto contrario. Por ejemplo, cuando alguien da continuamente a otra persona, esta se ve en la obligación moral de equilibrar la balanza de favores, para lo cual trata de reajustar y devolver algo de lo que ha percibido. Pero ocurre que cuando alguien que da no nos ofrece la posibilidad de devolverle el favor, nos sentimos mal, y la percepción positiva hacia la generosidad de esa persona se resiente.

Muchas veces en nuestras vidas tenemos que hacer “borrón y cuenta nueva” y comenzar desde 0. Hemos ido aprendiendo, pero debemos plantearnos si queremos quitarnos algunas “telarañas” y pasarle un trapito para sacarle brillo o incorporar algo nuevo, más acorde al momento actual. Normalmente los humanos nos resistimos al cambio. Nos gusta estar en nuestra zona de confort y todo lo que sea salir de ella nos cuesta.

Antes de comenzar mi especialización como coach CORAOPS, contaba con una dilatada experiencia en puestos de dirección y gestión de equipos. Por ello tenía una mochila en la que había ido metiendo mis vivencias, juicios y creencias. Muchas horas con momentos buenos y no tan buenos, siempre centrada en el resultado.

La capacidad de comprometernos es inherente a nuestra naturaleza e influye en nuestras relaciones interpersonales y en la consecución de los objetivos. El compromiso te lleva a priorizar.

Si te fijas en dónde pones el foco, te darás cuenta de en qué estás más comprometido. Por  ejemplo, si pasas más de catorce horas trabajando, estarás más comprometido con tu trabajo que con tu familia; si dedicas diariamente un tiempo al deporte y cuidas tu alimentación, estarás comprometido con cuidarte, y si pides una excedencia temporal tras el nacimiento de tu hijo, estarás más comprometido con la crianza del bebé que con tu carrera profesional.

Jugadores profesionales que están en los mejores clubes y son además los mejor pagados del mundo, que se declaran infelices. Armstrong es desposeído de sus siete Tours por haberlos ganado valiéndose de una red de doping sofisticada y cínica, actuando como un auténtico cómitre con el resto de los corredores de su equipo.

No es que en el deporte profesional hayan desaparecido valores, como en toda la sociedad en la que actualmente nos toca vivir, sobrevivir me parece más exacto. Hay multitud de casos positivos que así lo atestiguan y que siguen manteniendo al deporte como referente cuando queremos acudir a mostrar maneras de conducta que sirvan de guía a nuestros jóvenes en cualquier ámbito de nuestra sociedad.

Pero permítanseme estos dos casos, uno por lo conocidos y otro por que demuestran que no sólo por alcanzar determinados niveles de éxito se alcanza la satisfacción en lo personal.

¿Soy lo que hago?¿Soy lo que tengo?¿Soy como la imagen que otros tienen de mi? Imagen que en muchos casos no es sino un elemento de presión.