Muchos de los ejemplos de empresas que representaban el éxito y la eficacia en el siglo pasado están hoy absolutamente obsoletas. Empresas paradigma del éxito de ayer, como Sharp, Kodak, Nintendo, Polaroid, Sony o tantas otras, están luchando hoy por su supervivencia.
Con el cambio de siglo hemos pasado de un modelo económico basado en la fabricación, con métricas basadas en la productividad y la optimización de los recursos, a una economía basada en la comunicación y los servicios donde el papel de la persona se transforma en clave, y no solo como un recurso a gestionar.