Si saliésemos a la calle a preguntar qué significa la palabra “coaching” no nos sorprenderíamos todos los que nos dedicamos a esto sobre la diversidad y confusión que en las opiniones encontraríamos. Sigo pensando que los “coaches” profesionales seguimos siendo responsables de no ubicarnos nosotros mismos en el papel que cumplimos para las personas y organizaciones y, al fin y al cabo, para la sociedad actual. Me parece que el meollo del desencuentro anda entre la distinción ACCIÓN vs. OBJETIVO. La primera, además de ir definiendo lo que “soy”, a medida que voy haciendo, y que en última instancia reflejará lo que “es”, no añade nada del para qué hago y, al fin y al cabo, para qué soy.
Si hoy tengo un apagón de electricidad en mi casa tengo bastante claro que llamaría a un electricista para que reparara la avería. La necesidad de luz es la cuestión que una persona o una empresa tiene presente ante la contingencia de la oscuridad. Entonces siguiendo este patrón, ¿cuándo una empresa requiere el servicio de un coach?, o dicho de otro modo, ¿qué oscuridad está presente en la empresa o persona para que un coach contribuya a que vuelva la luz a su día a día?
No sé si la respuesta es sencilla, no sé si es que estoy inspirado o que, quizás, no tenga mucho miedo a pensar que voy a decir una obviedad. Colegas coaches, ¿se han preguntado qué necesidad satisfacen con su trabajo?, porque a mí no me impresiona que un mecánico se dedique hacer mecánica, ni que un asesor fiscal se dedique a liquidar impuestos. De la misma forma, no se entiende que hagamos “coaching” y ya está. La cuestión es para qué lo hacemos. Intento ser más simple que todo eso. Para mí, un mecánico, al arreglarme el coche, me permite poder ir al trabajo, de la misma forma que un asesor fiscal me permite dormir tranquilo asegurando que Hacienda está encantada con mi perfomance tributario.
Ahora que empezamos a tocar el corazón de la sandía, andaba yo pensando en esto del objetivo. Qué inquietante es preguntar a alguien, para qué está usted en su empresa, qué papel cumple su vida para sí y para la vida del resto. Qué mejor punto de partida que una buena parada para esta reflexión. Para mí el coaching sirve para que encuentres el sentido del camino, de la empresa, del departamento, de la vida y, además, aprendas a dibujar tu mapa, a mimarlo, a variarlo si quieres, y a trazarte el objetivo que deseas alcanzar. Es una herramienta que insta a sacar a la luz la intención, que se nutre de muchas disciplinas: Psicología, Sociología, Filosofía, Antropología, Economía, Matemáticas y Filología. No tiene ninguna intención de sustituirlas, ni de competir con ellas, sino de condensar cierta esencia de cada una para hacer entender que la reflexión es necesaria para el éxito, que el sentido de la vida está a la par que el latir de un corazón, que el ser humano no se contenta solamente con estar.
Esta mañana le pedía a un panadero amigo mío que me contara todas las variedades de panes que elabora. Me dijo que múltiples, era capaz de hacer pistolas, baguettes, chapatas, colines, colones, con semillas, integrales… Probablemente entre masa y harina no me confesó que no entendía qué era esto del coaching que yo hago. Lo reconozco, no fui tan claro como él. Estoy pensando que mañana voy a decirle al panadero que sus productos son todos distintos, pero que a mí para lo que me sirven es para mojar la yema de los huevos fritos, me da igual la tipología mientras sea pan del día. De hecho, le he preguntado qué quiere conseguir con su panadería. Todavía no tengo respuesta, si el decide compartirla conmigo, como así me ha dicho, quizá pueda decirle que mi acompañamiento en su viaje es otro tipo de “pan” en mi cartera de servicios, otra enésima variante, tan infinita y extensa como las personas y sus deseos.
Nicolás Martín. Coach ejecutivo profesional CORAOPS, V promocion.
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