Sentir, pensar y hacer de forma diferente - Desarrollamos organizaciones y personas

Me ha llegado a través de mis contactos de las redes sociales Linkedin y Twitter un enlace a una vídeo-entrevista a Mr. Schmidt, CEO de Google, en la que hace una interesante valoración del coaching ejecutivo y dice «Everyone needs a coach» (= «Todos necesitamos un entrenador»).

Otro mensaje destacado es que la figura del coach y/o mentor es determinante para ayudar a tener perspectiva y visión de su empresa y del negocio. Llama la atención que un representante tan cualificado de una empresa innovadora llegue a esta conclusión y esto me hace pensar en los puntos que tienen en común las empresas innovadoras, las redes sociales y el coaching ejecutivo.

Con distintos ejemplos me gustaría destacar algunos aspectos de las empresas innovadoras que dan pie a hablar de una nueva economía después de la crisis. Hablo de lo que se conoce como «La economía del conocimiento». En Wikipedia encontramos una importante distinción entre información y conocimiento: «la economía del conocimiento no genera valor y riqueza por medio de su transformación en información, sino que crea VALOR AÑADIDO en los productos y servicios en cuyo proceso de creación o transformación participa. El conocimiento es mucho más que mera información. La información son datos procesados con una utilidad general, mientras que el conocimiento significa formas, métodos y maneras de abordar y resolver problemas; significa entre otras muchas cosas, «know-how», «know who» o herramientas o medios de producción para producir a su vez o más conocimiento o productos y servicios con un valor añadido, útil y cuantificable para la sociedad».

La clave es la gente que hay detrás del contenido. Me interesa la gente. Si busco conectar con un experto, un consejo, una información, me interesa saber lo que están pensando o haciendo. La realidad cambia rápidamente y una herramienta como Twitter te permite estar muy pendiente de esta realidad. Por otro lado, tenemos abundancia de información y por esto son importantes los filtros, para limitar la cantidad de información que necesitas.

Nos interesa lo que determinadas personas escriben en su blog, lo que los followers en Twitter te envían casi instantáneamente, casi cuando lo están pensando. Luís Suárez, evangelista de software social de IBM, dice: «Ocurre que uno vive en la comunidad y la comunidad vive por mí. No hay jerarquías, ni organizaciones; la comunidad hace que se me conozca y confíe en mí, compartimos conocimiento con la gente en la que confiamos más, y así se da opción a otros de conocerte. Si te ausentas unos días del trabajo, la comunidad hace tu trabajo, te avisa de lo importante, y cuando vuelves, haces el trabajo de los demás, colaborativamente». Como curiosidad, a Luís Suárez se le conoce como el hombre que mató el correo electrónico y defiende que las herramientas 2.0 tienen un claro beneficio para los empleados y para las empresas.

Otro ejemplo de innovación en las empresas son aquellas que para ciertos puestos de trabajo se desvinculan de la oficina física y utilizan el concepto de puesto de trabajo flexible (teletrabajo). Esto permite, entre otras cosas, un ahorro de horas del día en desplazamientos y atascos. Los beneficios son la mejora de la eficiencia y el aumento de la productividad. Estos directivos y las empresas confían en el compromiso de sus empleados, desarrollando una clara orientación a objetivos. El jefe sabe exactamente lo que estoy haciendo sobre lo que yo quiero y cuando quiero. Uno es dueño de su productividad.

Por otro lado, hay algunas compañías y directivos que tienen reticencias y prohíben el uso de herramientas colaborativas 2.0 y piensan que el tiempo dedicado a las redes sociales debe ser fuera de la oficina ¿Será que hay directivos que no quieren perder el control de lo que hacen sus colaboradores? El control es una ilusión y el enfoque ha cambiado. Muchos de estos detalles diferencian a los que están dentro y fuera de la economía del conocimiento.

Dentro de las comunidades sociales se encuentran personas que son referente y, por ende, emblema de su empresa. Cuando un cliente te busca, te encuentra antes de hablar contigo. Eres la imagen de marca que necesita un cliente para confiar en productos o servicios. Por el lado personal, lo que valoro es la comunidad a la que pertenezco. Las comunidades con las que me siento identificado y comparto mis ideas, mis presentaciones… y lo que me apasiona.

El coaching ejecutivo está ligado al desarrollo de los directivos y a la innovación. Facilita la gestión del cambio que va implícita a la innovación. Desarrollar la cultura del coaching genera una mentalidad de crecimiento, de crecer uno mismo y de hacer crecer a tu empresa. El poder y el control es de uno mismo, de la persona que quiere aprender y salir de su zona de confort. La utilización de herramientas como el feedback, la escucha activa y la empatía trabajan eficazmente la gestión de los equipos y la motivación. Se generan nuevos hábitos y comportamientos que permean a través de la organización.

Como indiqué al inicio del artículo, las comunidades sociales, las herramientas 2.0 y el coaching ejecutivo contribuyen a la innovación y a la nueva economía del conocimiento. Estoy de acuerdo con Mr. Schmidt: todos necesitamos un coach.

Miguel Richante

Artículo de Miguel Richante, Coach Ejecutivo y Deportivo Senior Senior por la Metodología CORAOPS, acreditado por ICF y AECOP.

 

Comentarios (1)

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