Pienso que las personas que tienen pasión por lo que hacen, que están motivadas, que creen en ellos mismos y que están empoderadas, no tienen nada que se les resista. Llegan a su objetivo antes o después, con más o menos dificultades, sin depender del factor suerte.
Estas personas, dentro del contexto en el que ellos se mueven, buscan o tienen un objetivo que les emociona y en el cual creen. Visionan cómo puede ser. Valoran si es algo factible y los beneficios les puede proporcionar llegar a ese objetivo, tanto personal, profesional como económicamente y toman conciencia de una realidad.
Realidad. Quizás, lo que haya imperado hasta el momento ha sido su cerebro límbico, el encargado de las emociones, y todas las dificultades que podría haber imaginado se van minimizando gracias al empuje y fuerza de la emoción que supone llegar al objetivo.
Después, un poco más tarde, se topan con la neocorteza, la parte racional, no con lo imaginado, creído y supuesto. En esta fase el empoderamiento es de vital ayuda para superar cualquier obstáculo.
Aprendizaje. Empiezan a buscar información, formas de hacerlo y empiezan a encontrar los pros y los contras, aprenden a solventar dificultades, todo encaminado a llegar al objetivo.
Una vez superados los primeros pasos y ya seguros de lo que van a hacer, ahora es el momento de preparar el plan de acción y buscar diferentes opciones para llegar al objetivo, que de una manera u otra lo encuentran, pues están determinados a llegar.
Entonces todo se pone en marcha a nivel externo, es decir, cuando el mundo exterior se empieza a dar cuenta de que estas personas están en un proyecto, sea personal, empresarial o de cualquier índole y es cuando empiezan a oírse comentarios como suerte o casualidad.
Y lo que no ve el entorno exterior, o, por decirlo de alguna manera, el mundo, es que estas personas han trabajado su interior y más tarde el exterior.
Estas personas se han dado cuenta de que cuando hay emoción, reto, ganas de triunfar en cualquier aspecto de la vida todo es posible. Aparece lo que llamamos en coaching sincronicidad.
Si somos capaces de creer en nosotros mismos, ser responsables con nosotros, con nuestras decisiones y trabajar incansables hasta llegar a donde nosotros queramos y nos sintamos realizados, llegaremos a ser libres y felices en lo que nosotros hemos elegido.
Artículo Mª Ángeles Ninahualpa Navío, Coach CORAOPS.
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